Puede que quieras reformar tu cuarto de baño y probablemente te gustaría saber qué tipos de lavabos hay y cuáles pueden ser las mejores opciones para tu baño.

A veces, pensamos que la decisión es sencilla, puesto que solo conocemos 2 o 3 tipos.

Sin embargo, en la actualidad existen una ingente cantidad de modelos según forma, material y colocación.

Indudablemente, los lavabos son uno de los elementos más importantes no solo de los cuartos de baño sino de una estancia en general.

Estos elementos permiten realizar acciones de higiene diarias como lavarnos las manos, los dientes o la cara.

Y más allá de su funcionalidad, hoy en día también son piezas claves de decoración.

Lo ideal es conseguir un equilibrio entre funcionalidad y diseño y conseguir el lavabo perfecto para nuestro baño.

Por tanto, hoy te hablaremos de los tipos de lavabos más destacados y te indicaremos cómo escoger el correcto.

Origen de los lavabos.

Como sabrás, siempre que hablamos de algún elemento esencial de nuestra vivienda, nos gusta comentar brevemente su origen o historia.

Así pues, te explicamos el origen de los lavabos.

En sus inicios, los lavabos era principalmente recipientes denominados piletas, jofainas o aguamanil.

El origen se remonta a la antigua Grecia.

Su utilidad era la de almacenar una cantidad de agua determinada y que fuera usada para las tareas de higiene más básicas.

No tenían desagüe ni puntos de fuga (en la antigüedad), por lo que la misma agua podía permanecer en el recipiente durante un tiempo antes de ser cambiada y además era de uso compartido.

Contaban con cierta altura para almacenar el líquido y su forma o diseño no cambió durante siglos.

Estos elementos no se encontraban en todas las casas. Principalmente estaban extendidos principalmente en lugares de la nobleza.

A partir del año 1600 d. C. , surgió el primer fabricante de lavabos con orientación doméstica en Venecia.

Aquí fue el gran punto de inflexión.

La forma era similar a los lavamanos originales, pero de materiales más ligeros y normalmente colocados sobre una especie de trípode o pedestal.

Se podría decir que, a partir de ese momento, se democratizó el lavabo.

origen del lavabo

Muestra de lavabo tipo veneciano

Ahora bien, estos son solo los antecedentes.

Los lavabos, tal y como los conocemos ahora, surgieron en el inicio de la fontanería y el acceso al agua corriente en las viviendas y esto fue a finales del s. XlX y principios del XX.

En la actualidad, se utiliza principalmente con el grifo abierto y haciendo que drene el agua directamente al desagüe.

Pocas veces se rellena con agua y se pone el tapón.

Por ello, en la actualidad prima el diseño y la función drenante sobre la de ser un recipiente enfocado al almacenamiento de agua.

Lavabos según el material.

Es complejo ordenar en una sola lista los distintos tipos de lavabos debido a la cantidad de formas, tamaños y tipos de fabricación.

Por eso, primero te explicaremos los lavabos según el material.

Lavabos de cerámica.

Los lavabos de cerámica han sido durante décadas los más elegidos y extendidos.

Estos clásicos siempre han destacado por su extraordinaria resistencia y su gran relación calidad-precio.

Fabricados, como no puede ser de otra manera, con materiales cerámicos, están recubiertos con esmalte que proporciona un acabado brillante y gran solidez.

lavabo de cerámica

Gracias a este acabado, son impermeables, por lo que no absorben agua y además son muy sencillos de limpiar.

Se fabrican en distintas formas y acabados.

Un lavabo atemporal que cumple muy bien su función.

Lavabos de porcelana.

Los lavabos de porcelana a menudo se confunden con los de cerámica, pero no son exactamente lo mismo.

Se trata de un tipo de cerámica impermeable y con un acabado más fino.

Es frágil, pero a la vez cuenta con una gran dureza.

Los lavabos de este tipo suelen tener un diseño elegante y delicado.

lavabo de porcelana

En cuanto a las características, es muy similar a la cerámica.

La principal diferencia es el acabado y el precio, ya que la porcelana es un material más caro.

Lavabos de piedra.

Los lavabos de piedra son aquellos fabricados a partir de un bloque de piedra el cual se talla para darle la forma elegida.

Se trata de piezas bastante pesadas y con un coste elevado, por lo que no están muy extendidas.

Ahora bien, su diseño, recordando a sus antecedentes y valor, es indiscutible.

Normalmente, se tratan con productos químicos para crear una fina película que no solo le otorga un acabado brillante parcial (ya que se aplica, en términos generales en la zona donde le va a dar el agua), sino que elimina la porosidad.

lavabo de piedra

Esa piedra puede ser de mármol  granito y casi cualquier tipo que sea resistente y estético.

Su valor añadido es muy elevado.

Lavabos de metal.

Los lavabos de metal son los menos extendidos en viviendas, pero sí son unos de los más escogidos en centros médicos, hospitales y lugares sanitarios.

Para que puedan soportar bien la corrosión, se deben de fabricar en acero inoxidable de alta calidad.

Son muy resistentes, fáciles de limpiar y pueden tener una gran profundidad debido a su material.

lavabo de metal

Aunque no sea la primera opción para una vivienda, sí deberíamos tenerlos en cuenta, ya que hay algunos con diseños muy compactos que aportan un aspecto moderno y diferente.

Lavabos de cristal.

Los lavabos de cristal destacan por su belleza y diseño.

Normalmente, se fabrican con vidrio o cristal templado, que es un material no poroso y transparente.

Se pueden hacer a medida y tener colores, texturas y acabados muy distintos.

Suponen una solución muy estética y son resistentes.

Sin embargo, algo que no se suele comentar, es que los lavabos de vidrio no se llevan demasiado bien con la cal.

lavabo de cristal

Este polvo blanco cristalino se puede llegar a incrustar de tal manera que manche el propio cristal y sea difícil eliminarlo, por lo que puede dejar manchas persistentes.

Si vives en una zona de agua dura, no te recomendamos su instalación.

Ahora bien, si no sufres ese problema, entonces un lavabo de cristal cumplirá su función y estética sin que su acabado se vea dañado por la cal.

Aparte, se trata de un material sostenible y reciclable.

Lavabos de cemento.

Los lavabos de cemento son otro tipo que ha entrado fuerte en el mercado.

Eso sí, aquí debemos diferenciar dos tipos:

  • Lavabos de cemento, fabricados con cemento, arena y agua.
  • Lavabos de microcemento que poseen compuestos mejorados.

Estos elementos tienen un gran diseño industrial pero delicado a la vez.

lavabo de cemento

Se pueden adquirir con el diseño ya hecho si es de cemento o que lo hagan mediante obra si es de microcemento.

Textura, aspecto y funcionalidades sobresalientes.

Lavabos de carga mineral.

Por último, debemos mencionar los lavabos de carga mineral.

Están fabricados principalmente con arena, minerales y resinas.

En los últimos años, es uno de los tipos que más ha crecido gracias a su calidez.

lavabo de carga mineral

Esto significa que este material al tacto es mucho más agradable porque no es tan frío como la porcelana, la cerámica o el vidrio.

Otra de sus particularidades es que se puede moldear casi con cualquier forma y tamaño y obtener distintos acabados.

Se trata de un material no poroso, resistente y duradero.

Tipos de lavabos.

Una vez que hemos visto algunos de los materiales más destacados, vamos a indicarte los principales tipos de lavabos que existen según su arquitectura y construcción.

Lavabos encastrados.

Los lavabos encastrados o también denominados lavabos encastrables son aquellos que están empotrados sobre la encimera.

Dentro de ellos, existen opciones variables entre las que destacamos:

Lavabo encastrable con borde visto.

Este tipo es el que va encajado en el hueco y su borde sobresale por encima de la encimera.

lavado encastrable con el borde visto

Lavabo encastrable bajo encimera.

En este caso, el lavabo se coloca por debajo de la encimera teniendo el borde la misma forma que el lavabo.

El resultado es muy estético y permite aprovechar todo el espacio restante de la encimera.

lavabo encastrable bajo la encimera

Hay que hacer una buena instalación para que no haya problemas con las juntas.

Ambas opciones suelen ir acompañadas de un mueble de baño.

Lavabos para mueble.

Estos lavabos conforman los que acabamos de mencionar.

Es decir, un lavabo para mueble es aquel que siempre va a ir acompañado de una encimera y un orificio donde va a ir colocado.

De alguna de las formas, sería como el gran grupo de los lavabos encastrables.

Lavabos Integrales.

Los lavabos integrales son aquellos que tienen integrada la encimera en el propio lavamanos.

En ocasiones, existe cierta confusión con este tipo, ya que se les puede catalogar como encastrables, pero en realidad al formar una sola pieza de lavabo y encimera, no serían de este tipo.

lavabo integral

Suelen ser alargados y los hay de distintos formatos.

Lo normal es encontrarlos de cerámica o carga mineral.

Son muy fáciles de limpiar y dan sensación de continuidad en el cuarto de baño.

Lavabos Suspendidos.

Los lavabos suspendidos son aquellos que van anclados a la pared sin necesitar ningún soporte horizontal en el que apoyarse.

Normalmente, se fabrican de cerámica o carga mineral y suponen una gran solución en espacios reducidos.

Ahora bien, también existen modelos de gran formato perfectos para un cuarto de baño al que le gusta el estilo minimalista.

lavabo suspendido

Esta tipología de lavabos es muy sencilla de limpiar y su estilo elegante llama la atención a primera vista.

Dependiendo de la instalación que se tenga, las tuberías pueden estar a la vista u ocultas.

También se les conoce como lavabos colgados.

Lavabos sobre encimera.

Los lavabos sobre encimera son aquellos que tienen la pieza completa vista y que se colocan sobre una encimera o un mueble.

Se trata de modelos normalmente muy estéticos y finos.

Unas de sus mayores ventajas son que ocupan poco espacio, en general.

Su colocación es muy sencilla y salpican menos que otros lavabos que son más bajos.

Aparte, nos encontramos con una gran variedad de materiales que conforman estos lavabos, por lo que es uno de los tipos que más posibilidades ofrece.

Lavabos sin mueble.

Como es lógico, los lavabos sin muebles son todos aquellos que no necesitan un espacio definido para incorporarse a un mueble.

Eso sí, eso no quiere decir que no vayan sobre un mueble en sí.

lavabo sin mueble

A no ser que sean suspendidos o de pedestal, necesitarán una base sobre la que apoyarse.

Lavabos con pedestal.

Los lavabos con pedestal o también llamados lavabos de pie son aquellos formados por el propio lavamanos y una columna o pie que lo sustenta.

Este tipo estuvo muy generalizado hace varias décadas.

lavabo de pie

En la actualidad, su diseño es mucho más estético.

Son sencillos de colocar y además muy versátiles, ya que se pueden dejar a la vista las dos piezas o tapar el pie con un mueble.

Aunque no es el tipo más extendido, sí es una buena opción a tener en cuenta para un aseo o baño pequeño en el que no deseamos tener un mueble.

¿Qué tipos de lavabos elegir?

A veces tenemos tantas opciones que nos sentimos abrumados y no sabemos qué tipos de lavabos elegir para el cuarto de baño.

Sin embargo, a veces la elección es más sencilla de lo que puedas pensar.

Simplemente, debes tener en cuenta estos factores:

  • Tamaño del cuarto de baño y ubicación del lavabo.
  • De qué material nos gustaría que fuera o cuál es el que más se adapta al diseño de nuestro baño.
  • Uso que se le va a dar. Frecuente, en baño o aseo de poco uso o de invitados.
  • Presupuesto.

Piensa en cada uno de estos factores, haz una lista con los pros y los contras, y al final por descarte te irás quedando con los modelos que más se adapten a tus necesidades y gustos.

Eso sí, párate a pensar en la grifería, ya que grifos y lavabos van de la mano.

Si necesitas saber todo sobre los grifos, haz clic en el texto azul y podrás descubrir cuáles son las opciones más relevantes.

Conclusión.

Como hemos visto, tenemos la suerte de poder acceder a una gran cantidad de tipos de lavabos.

Lo importante es siempre el que más se adapte a nuestras necesidades y tener en cuenta todos los factores que te hemos comentado.

Por otra parte, conviene siempre invertir en lavabos de calidad para que su vida útil sea lo más larga posible.

Si estás decidido a hacer una reforma en el baño o quieres comprar lavabos en Salamanca, únicamente tienes que pasarte por nuestras instalaciones y te mostraremos todas las opciones.

¡Hasta el próximo artículo 😉!